las 12 señales de la deuda compulsiva

  1. No tener clara su situación financiera. No conocer el balance de sus cuentas, gastos mensuales, la tasa de interés mensual de sus préstamos, cargos, o las obligaciones contractuales.
  2. Frecuentemente “olvidarse” de cosas como libros, lapiceros o pequeñas cantidades de dinero prestadas por amigos o por otros, y no devolverlas.
  3. Pobre hábito de ahorros. No planificar el pago de impuestos, planes de retiro u otros gastos no recurrentes, pero predecibles. Después sorprenderse cuando llegan a convertirse en deudas; adoptando una actitud de “vivir el hoy, sin importar el mañana”.
  4. Compras compulsivas: imposible dejar pasar una “buena oferta”; hacer gastos compulsivos; dejar etiquetas en la ropa para poder devolverla; no usar las cosas que ha comprado.
  5. Dificultad en cumplir obligaciones financieras básicas o personales, y/o un sentido desproporcionado de logro cuando dichas obligaciones se cumplen.
  6. Tener un sentimiento diferente al comprar cosas con crédito, que al pagar con efectivo, un sentimiento de pertenecer a un club, de ser aceptado, de ser una persona adulta.
  7. Vivir en un caos y drama constante alrededor del dinero: usar una tarjeta de crédito para pagar otra; sobre girar cheques; siempre enfrentando una crisis financiera.
  8. Tendencia a vivir en el abismo: viviendo entre sueldo y sueldo; tomando riesgos con la salud y la cobertura del seguro del auto; emitiendo cheques y esperando que aparezca el dinero para cubrirlos.
  9. Injustificadamente sentirse inhibido y avergonzado cuando se está teniendo una conversación normal sobre dinero.
  10. Sobre-trabajo y sub-ganancias: trabajar horas extras para ganar dinero a fin de pagar a los acreedores; uso ineficiente del tiempo; tomar trabajos por debajo de su perfil y nivel de educación.
  11. Dejadez para cuidar y valorarse a sí mismo: viviendo en una privación autoimpuesta; negándose sus necesidades básicas, a fin de pagar a sus acreedores.
  12. Sentimiento de esperanza que alguien va a encargarse de Ud., si fuese necesario, para no entrar en graves problemas financieros, que siempre habrá alguien a quien recurrir.