1. Nuestro bienestar común debe tener la preferencia; la recuperación personal depende de la
unidad de D.A.
2. Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundamental: un Dios amoroso tal
como se exprese en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de
confianza. No gobiernan.
3. El único requisito para ser miembro de D.A. es querer dejar de endeudarse sin garantía.
4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a Deudores
Anónimos, considerado como un todo.
5. Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al deudor que aún está
sufriendo.
6. Un grupo de D.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de D.A. a ninguna entidad
allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos
desvíen de nuestro objetivo primordial.
7. Todo grupo de D.A. debe mantenerse completamente a sí mismo, negándose a recibir
contribuciones ajenas.
8. D.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear
trabajadores especiales.
9. D.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o comités de servicio que
sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.
10. D.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente, su nombre
nunca debe mezclarse en polémicas públicas.
11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción;
necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio y el cine.
12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras Tradiciones, recordándonos siempre
anteponer los principios a las personalidades.